DÍA INTERNACIONAL DE LA NIÑA

¿Debemos educar de modo diferente a los niños y las niñas?

Son muchas las personas que piensan que es mejor educar a los niños de modo diferente de las niñas. Les damos juguetes distintos e incluso se les llega a inculcar valores típicos de su género. Pero probablemente estamos cometiendo un error…

Las consecuencias de educar según el género

A día de hoy es una idea que sigue muy inculcada en las familias. Se espera de las niñas que sean dóciles y obedientes, que adquieran roles adecuados a lo que se supone que les espera el día de mañana, se ocupen de la casa y una familia. Mientras, a los niños se les permite cierta rudeza en sus actos, se les acostumbra a jugar con objetos bélicos o típicamente masculinos. Todo de acuerdo a un pensamiento tradicional que se ha extendido, como si formara parte de nuestra genética, a través de generaciones y generaciones. Docilidad y autoridad serían pues los máximos errores en los que podemos caer a la hora de educar a los niños y a las niñas. Es un riesgo.

Diferentes estudios han demostrado que no existe una diferencia significativa en la calidad educativa si comparamos los resultados obtenidos por niños y niñas que van al colegio juntos y los que no lo hacen. Los niños en general tienen muchas diferencias dentro de su propio grupo y no podemos decir que sea más beneficioso que estudien la primaria o la secundaria sin convivir con el otro sexo.

Dejando por un rato a un lado estos resultados, hablemos mejor de esa educación más íntima, de la que ejercen las familias en casa y donde sería necesario poner en evidencia una serie de valores. Unas serie de conceptos para educar en felicidad, educar en igualdad.

Educar en igualdad para conseguir la felicidad

1. Mismas reglas, mismos valores

Nuestra finalidad como padres y madres, no es educar “niños” o “niñas” felices, sino educar “personas” felices. Si tienes varios hijos seguro que te habrás dado cuenta que cada uno tiene unas necesidades, que no todos tienen la misma personalidad ni se comportan de igual modo. Es decir, no por ser niñas las vamos a educar de modo diferente. Queremos que todos tengan una buena autoestima, que tengan un buen autoconcepto y que sean asertivos. Que sepan defenderse en el mundo, que sean felices y sean capaces de hacer felices a otros. Y eso es algo que harán igual hombres y mujeres.

Si estableces reglas en casa, que sean para todos igual. Todos deberán hacerse su cama, todos recogerán la mesa y todos deberán volver a casa a la misma hora. Si uno es más rebelde que otro entonces pondremos medidas. Pero no des más concesiones a los chicos solo por ser hombres pensando que son más independientes, ni prohíbas salir a tus hijas solo porque son niñas. Ambos deben ser responsables, autónomos y capaces de hacer frente al mundo. Si pones reglas diferentes para tus hijos según su género, protestarán y acabarán odiándose entre ellos por tener más o menos derecho solo por su género.

2. Cultivar la autoestima y el respeto en ambos géneros

Intenta que tanto tus hijos como tus hijas aprendan a respetarse y a respetar a otros. Enséñales que nadie tiene derecho a hacer daño física o emocionalmente a otras personas solo por ser varones o mujeres. Si cultivas por ejemplo la empatía en tus hijos varones seguro que el día de mañana son más felices y hacen más felices a sus parejas. Todos deben aprender a construir y mantener su autoestima, valorándose a sí mismos para que nadie pueda manipularlos, para que sean personas felices orgullosas de sí mismas. Deja que crezcan en igualdad en la familia, con los mismos derechos y los mismos deberes.

3. Dales libertad de elección, educa en felicidad y respeto

Deja que ellos tomen sus decisiones. Si ves que tu hijo es más sensible, no le increpes o le eches por cara que es “poco varonil”, permite que su personalidad se desarrolle de acuerdo a sus sentimientos, de lo contrario no conseguiremos otra cosa más que la frustración. Hoy en día se han quedado atrás los clásicos valores de que la mujer debe quedarse en casa para cuidar de su familia. Hoy en día las mujeres son independientes, ocupan grandes puestos en el mundo laboral y retardan más la maternidad. También hay hombres que eligen ser padres en soledad, o que eligen quedarse en casa mientras su mujer trabaja. Vivimos en un mundo lleno de posibilidades donde hay que respetarse, donde los prejuicios deben quedar a un lado.

Lo esencial es que intentemos que nuestros hijos sean felices y respeten a las personas que tiene a su alrededor. La igualdad vence al egoísmo, debemos educar personas capaces de hacer felices a otros, que sepan escuchar, compartir y que sean responsables en este mundo a veces tan complejo. No lo dudes, educar es una aventura maravillosa.

 Fuente: mejorconsalud.com

 

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